martes, 15 de enero de 2008

LOS ANGELITOS SORDOS

Una vez más, una meditación más, una enseñanza más, algo que nos haga pensar un poco más!! Escrita por María Inés Di Pietro, espero les guste.


LOS ANGELITOS SORDOS
Había en el cielo un grupo de ángeles que no podían oír.
Mientras los otros ángeles estaban en sus clases de arpa y laúd, sus instrumentos preferidos, ellos se habían sentado juntos en una nubecita rosada. “Qué podemos hacer”-pensaban-“Nuestros compañeros entonan bellísimas melodías para alabar al Creador, y tocan instrumentos que deleitan sus oídos. ¿Cómo podemos hacer nosotros para mostrarle nuestro amor?”.

Debajo de la nubecita rosada sobre la que estaban sentados, había un jardín. Los angelitos sordos se sentían tristes, y las flores de aquel jardín comenzaron a marchitarse. Uno de ellos se dio cuenta de lo que estaba pasando, y señaló con su dedito hacia abajo. Los otros se miraron, y comenzaron a cambiar sus pensamientos. Se concentraron todos juntos en el Amos de Dios, y al cabo de un rato vieron que en el jardín habían brotado hermosas flores de brillantes colores. “¡Qué maravilla!”-pensaron- “Juntemos algunas flores, y vayamos a visitar a Dios”. Los angelitos, muy contentos, fueron hasta el trono del Señor. El ángel Guardián del Trono los recibió, y les preguntó: “¿Qué desean?”. Los angelitos sordos llevaban canastas repletas de flores. El ángel Guardián comprendió que eran ofrendas para el Creador, y los dejó pasar. Los angelitos se acercaron y depositaron sus canastas con flores a los pies del Señor. Dios los miró complacido, y les dijo: “Veo que han comprendido. ¿De qué servirían todas las melodías que entonan los coros celestiales; si no existieran las flores que embellecen el mundo? Los pensamientos de Amor Elevado son capaces de crear las formas más bellas. Si ustedes seguían tristes, se iban a marchitar todas las flores de la Tierra. Continúen enviando sus pensamientos de Amor, y verán las maravillas de la creación”.

Nunca desprecies a tu hermano por ser diferente a ti, pues todas las criaturas son hermosas y perfectas a los ojos de Dios, y pueden tener dones que ni siquiera te imaginas.

Y cuando te detengas a contemplar la belleza de una flor, recuerda que un angelito sordo está enviando a la Tierra sus pensamientos de Amor.

María Inés Di Pietro

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